Olvídese de la pirámide de población que le mostraron en bachillerato, ésa que decía que Venezuela es un país de niños, niñas y adolescentes. Eso fue cierto en los ´60; ´70 y ´80, pero ahora somos un país de adultos, con 52,4% de la población ubicada en el segmento de 19 a 59 años. Esta nueva realidad, catalizada por cambios en los patrones de mortalidad, fecundidad y la evolución a una sociedad urbana –donde 90% de la población vive en ciudades–, está impulsando la demanda de bienes y servicios específicos y genera la necesidad de crear políticas públicas y privadas ad-hoc que permitan satisfacer las necesidades de esta enorme población en edad productiva.
Esta maduración de la población es conocida –por los expertos– como bono poblacional, y no es más que un fenómeno demográfico donde el número de dependientes (personas menores de 19 años y adultos mayores de 60 años) es menor al total de la población en edad productiva. En nuestro país se mantendrá hasta bien entrada la década del 40 y es una oportunidad única e irrepetible en términos estadísticos y de potencial económico, pues el número de individuos contribuyendo a la actividad económica es mayor que el número de niños y ancianos. Un análisis, así como los retos y oportunidades de esta situación están contenidos en el estudio “El Reto Demográfico en Venezuela” presentado por la Universidad Católica Andrés Bello hace pocos meses y fueron presentados por el profesor Luis Pedro España, en el marco del seminario Nuevo Contrato Social realizado en Caracas en abril pasado, donde se refirió a las oportunidades de la empresa privada en el desarrollo de iniciativas de responsabilidad intra-empresarial tomando como base las tendencias de desarrollo de la población venezolana.
A partir de 1961, los programas de acción y desarrollo social se centraron en mejorar las condiciones de la madre y el niño, con programas de vacunación masiva, asistencia al menor y énfasis en la educación primaria universal y gratuita, entre otros. En este sentido el Estado y la sociedad civil han hecho el trabajo a través de iniciativas como Fe y Alegría, el Dividendo Voluntario para la Comunidad, la Organización Criollitos de Venezuela o el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles. Pero este “bono demográfico” necesita nuevas ideas que se basen en el desarrollo de modelos alternativos de atención social; capacitación laboral de jóvenes y programas de transición de quienes no tienen formación formal y concertación a favor de modelo de seguridad social. A diferencia del modelo predominante hasta ahora, expertos en responsabilidad social empresarial señalan que estas iniciativas deben aplicarse inicialmente hacia dentro de la empresa, como forma de garantizar el mejoramiento de la calidad del recurso humano y garantizar el progreso individual y empresarial pues la responsabilidad social entra por casa.
Entre las oportunidades identificadas por España y su equipo de investigación se cuentan la capacitación laboral de jóvenes y la creación de programas de transición de quienes no tienen formación formal, como opciones necesarias para el fortalecimiento del segmento de adultos –especialmente en los segmentos D y E– que está formando familias, criando hijos y buscando maneras creativas de generar patrimonio y avanzar en sus proyectos de vida. Programas como Conéctate (Nokia de Venezuela) para el entrenamiento técnico de jóvenes bachilleres de escasos recursos o el programa de promoción a los emprendedores locales que recién inicia Cargill Venezuela están remando en el camino correcto.
También quieren divertirse
En la actualidad, la población mayor de 60 años se calcula en 2.519.751, lo que equivale al 9% de la población. Este segmento superará los 8 millones de personas (20% de la población) para 2020 debido al aumento de la expectativa de vida del venezolano que hoy se ubica en 70,9 años para los hombres y 76,8 para las mujeres. Este incremento exige desde ya el fortalecimiento del sistema de seguridad social, la creación de programas de ahorro programado, y el aumento de los niveles de bancarización entre los segmentos D y E que permitan a los adultos mayores una vejez tranquila. El sistema de salud, también, deberá adaptarse a esta nueva realidad y desarrollar políticas orientadas al tratamiento de enfermedades crónicas propias de la vejez, más que enfocarse al área preventiva como hasta ahora.
Héctor Barboza, creador de Por el Medio de la Calle, nos comentaba hace poco cómo ésta actividad cultural –ideada para el segmento juvenil– cuenta con la participación de muchos adultos contemporáneos e, incluso adultos mayores, lo cual es un indicativo de la necesidad de generar programas culturales y de entretenimiento pensados en dicho segmento. La calidad de vida no es sólo atención médica y cuidado de la salud, los “viejitos” del 2030 seremos un segmento educado y urbano y físicamente activo que requerirá de servicios recreativos y actividades complementarias para mantenernos física y mentalmente activos por más tiempo, donde las islas de excelencias conformadas por la Casa de la Juventud Prolongada (Mun. Chacao, Miranda) o los Clubes de la Tercera Edad que funcionan en el municipio Libertador serán el pan de cada día. El plan es seguir bailando al son de los Amigos Invisibles o Aventura, sólo que algunos tendremos unas canas demás.
El lugar común dice que somos el país del “como vaya viniendo vamos viendo”, pero guerra avisada no mata soldado y su empresa debería estar pensando en estos cambios poblacionales para definir estrategias exitosas a mediano y largo plazo.
(*) Este articulo fue publicado en Revista Marcas XL en 2010
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Transición Demográfica
Yo tengo un amigo en Chile que tiene muchos amigos y se dedica a conectarlos entre sí con diverso éxito. Jorge, el pana en cuestión, ha generado una comunidad 2.0 donde interactuamos, nos comunicamos y vamos aprendiendo. Así fue que entre chateada y chateada le hablé de nuestro blog y él, al día siguiente, fue y se lo contó a Gabriel Bunster (@gbunster), su profesor de Personal Branding 2.0, pues ahora al Jorge le dió por las redes sociales (sólo está en Linkedin, por ahora), y está aprendiendo formalmente cómo crear su marca personal en la web. 
