Los buenos voceros son aquellos conscientes de que éste es un trabajo a tiempo completo y que saben cómo adaptarse al público ante el cual se encuentran. Los buenos voceros conocen la materia de la que van a hablar, se preparan y están dispuestos a hacer su trabajo sin dramas ni exageraciones. Recuerdo, con cariño, a un alto ejecutivo al que tuve que acompañar a lo alto de un cerro para hablar ante un grupo de jóvenes que formaban parte de un programa de adiestramiento de su empresa. Con su humildad, Renzo se los metió en el bolsillo tan pronto comenzó a hablar y a contarles sobre todo lo que tuvo que hacer para triunfar en su profesión. El secreto es la sinceridad, ser lo que eres, potenciando tus rasgos buenos (claro, también sirve que te leas los mensajes clave, practiques tu dicción, manejes tu lenguaje corporal y te vistas de manera no estridente).
Así como hay muchos Renzo, otros se dedican a hacernos la vida imposible, al punto que la pesadilla recurrente de un relacionista público, es entre otras, un vocero extremadamente locuaz. Uno de esos seres convencidos de que el mundo quiere escuchar todo lo que tiene que decir, el que se cree el centro de la fiesta y piensa -ouch!- que sus amigos periodistas no van a escribir sobre sus indiscreciones; sean éstas hablar mal de la competencia, inventar historias, revelar los estimados de ventas o cualquier otra información que la empresa -estratégicamente- considera que no debe ser revelada.
Llevaba un post sin hablar de Mourinho, pero el Mister me la sigue poniendo fácil para comentar la clase. Por favor, sigan este link... y espero sus comentarios: http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2011/05/11/futbol/1305114168.html
PD: Visca Barsa!
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